Edmundo Alves, el animal

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¿Cómo hubiera sido la carrera de Edmundo sin indisciplinas? ¿Habría brillado en Europa? Descubre cómo fue la carrera de Edmundo y la razón de su apodo.

Comaparte

Cuando se habla de jugadores brasileños, siempre se recuerda a iconos como Garrincha, Pelé, Rivaldo, Ronaldo o Ronaldinho, pero hay algunos nombres que se han perdido y de los que no escuchamos tanto. Este es el caso de Edmundo Alves de Souza Neto, apodado “El animal”.

Edmundo es lo más alejado al prototipo de lo que podemos denominar un jugador ejemplo. Contrario a lo que se designa como políticamente correcto, “El animal” además de destacar por su talento con el balón, era conocido como un jugador polémico, provocador, controversial y apasionado, dentro y fuera del rectángulo verde.

Edmundo jugó en 13 equipos a lo largo de su carrera, pero siempre demostró cariño por el Vasco da Gama. El jugador nacido en Niterói lo vivió todo con esta institución. Debutó ahí en 1992. Ganó la Serie A brasileña en 1997 y descendió en su última etapa con la escuadra en el año 2008. Edmundo disputó los minutos finales de su carrera en el club donde empezó su carrera y el Vasco da Gama descendió por primera vez en su historia.

Aunque el club de sus amores fue el Vasco, “El animal” jugó para otros equipos en Brasil. Fue despedido del Cruzeiro en 2001 ya que se dijo que falló un penal a propósito en un partido en contra del Vasco. Según su versión, el fallo fue un evento inoportuno;

No fue a propósito, estaba triste porque había quedado en el banquillo por primera vez en mi carrera

Edmundo

Edmundo Alves fue un gran goleador y regateador; Potencia, técnica y desequilibrio puro que nunca tuvieron el reconocimiento merecido. Edmundo mismo declaró:

Si no fuera tan cabeza dura, podría haber tenido más reconocimiento internacional

Edmundo, sobre su actitud

El atacante brasileño también confesó que en los años noventa rechazó una oferta del Real Madrid porque le ofrecían menos dinero de lo que ganaba en el Palmeiras. El ariete se arrepintió de esa decisión y admitió que fichar por el Madrid le hubiera dado mayor reconocimiento.

“El Animal” tuvo una gran amistad con Romario, aunque fue una relación de muchos altibajos y una constante lucha de egos. Formaron dupla de ataque en varios equipos como el Vasco da Gama, Flamengo y Fluminense. La relación de este par fue tan conocida que en Brasil se les dedicó una canción titulada “Romario y Edmundo: el rap de los Bad Boys”.

Dentro del campo, “El animal” mostró el porqué de su apodo y siempre mostró el raciocinio y temperamento dignos de una bestia; provocaciones, peleas, expulsiones y agresiones. Una de sus indisciplinas más recordadas es cuando llegó al extremo de golpear a un árbitro en el rostro después de ser expulsado.

Otro episodio vergonzoso que involucró a Edmundo fue una de las peores agresiones que se ha visto en la historia del fútbol. El suceso se dio en los octavos de final de la Supercopa Sudamericana de 1995 en un partido entre Flamengo y Vélez en el cual los brasileños iban arriba 3-0 en el marcador. Tras una jugada en la que Flavio Zandoná dio un manotazo a Edmundo y el árbitro no marcó nada, Edmundo se levantó y provocó a Zandoná mostrándole 3 dedos en alusión al marcador para después darle una bofetada.

El jugador de Vélez respondió devolviendo la bofetada y posteriormente, una vez que Edmundo estaba de espaldas le propinó un puñetazo en la cara. El suceso siguió con Romario lanzándole una patada voladora a Zandoná y una batalla campal en el terreno de juego.

En declaraciones posteriores de Flavio “El Chino” Zandoná reconoció, que no estaba arrepentido y que lo volvería a hacer.

“El animal” brilló con equipos brasileños como el Flamengo, Vasco da Gama y Palmeiras. En el extranjero jugó en varios equipos. En italia jugó por la Fiorentina donde formó un poderoso ataque con Gabriel Batistuta y Rui Costa y tuvo un paso por el Napoli para después marcharse a Japón. Tras su aventura en Asia, volvió a Brasil donde jugó el resto de su carrera.

En una carrera llena de polémicas, Edmundo también protagonizó escándalos fuera del campo. Fue acusado de embriagar a un chimpancé  y llegó a pisar la prisión después de estar involucrado en un accidente de tráfico donde hubo víctimas fatales y él manejaba en estado de ebriedad. Ese incidente sucedió en 1995 y aunque Edmundo pudo haber estado preso más tiempo, sólo pasó una noche tras las rejas gracias al trabajo de sus abogados.

Quizá el carácter animal de Edmundo Alves nos privó de ver su mejor versión en el campo pero aun así se le recuerda como una estrella. 

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