52 peleas, 51 victorias, 38 de ellas por nocaut, un empate y ni una sola derrota. Este registro le pertenece a Ricardo López Nava, uno de los mejores boxeadores que ha dado México y el único de dicho país que ha logrado retirarse invicto.
Ricardo López nació en la Colonia Tacubaya en la capital del país un 25 de julio de 1966. Desde su niñez se sintió atraído por el boxeo al ver con su padre las peleas de José ‘mantequilla’ Nápoles. Fue entonces cuando lo inscribieron a un gimnasio de boxeo para dar sus primeros pasos. En su primer día se atrevió a hacer un sparring con uno de los integrantes del gimnasio.
‘Finito’ López fue un atleta que se entregó al boxeo desde sus inicios. Solía inspirarse en las películas de Rocky para entrenar y mostrar su dedicación y disciplina. Estas cualidades hicieron que Arturo ‘cuyo’ Hernández se fijara en él. Arturo Hernández es considerado como el mejor manager mexicano de la historia, manejó a grandes campeones como a Rubén Olivares, a Carlos Zarate y a Guadalupe Pintor, sólo por mencionar a algunos.
‘Cuyo’ Hernández le dejó grandes enseñanzas al ‘Finito’ López, la más recordada por el boxeador es la ley del pastel. La ley del pastel era una metáfora que utilizaba Arturo para indicar cuando estaban listos sus boxeadores para aspirar a grandes logros.
En 1990 llegó su oportunidad para conseguir el título mundial en la división de peso paja del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Sería ante el japonés Hideyuki Ohashi en la tierra del sol naciente. Las probabilidades de ganar para el mexicano eran mínimas. Ohashi era uno de los mejores campeones de su división y Japón siempre ha sido un territorio difícil para los boxeadores mexicanos. El mismo ‘Finito’ recordó que ni TV Azteca ni Televisa quisieron comprar la transmisión de la pelea. Sin embargo, ante todo pronóstico, López se adjudicó el título mundial al derrotar a Ohashi por nocaut en el quinto round.
Ricardo López fue el último campeón mundial del ‘cuyo’ Hernández, pues un mes después de haber conseguido el título, el legendario manager falleció. Después se unió a Ignacio Beristaín y realizó 21 defensas consecutivas como peso paja y dos más en la división mini mosca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).
Su único empate fue ante Rosendo Álvarez. Muchos expertos consideran su pelea ante el nicaragüense como la más difícil de su carrera. No obstante, en un segundo combate, ‘Finito’ López salió victorioso. Ricardo ostentó además las diademas de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), los otros dos organismos más reconocidos del medio boxístico.
El CMB le otorgó el cinturón verde y oro, un reconocimiento para los boxeadores que logran cumplir cinco años como campeón del mundo o rebasan las 15 defensas. En aquel entonces los únicos que lo habían conseguido eran Muhammad Ali, Mike Tyson y Julio César Chávez.
Su última pelea fue el 29 de septiembre de 2001 ante Zolani Petelo, a quien derrotó por nocaut en el octavo asalto. Un año después, Ricardo López anunció su retiro de manera oficial.
Su estilo de pelea se caracterizaba por poseer una técnica estilista, pero con un gran poder para noquear a sus rivales. Jorge Sonny Alarcón lo apodó como ‘finito’ debido a la limpieza en su boxeo, sus trazos finos y precisos a la hora de conectar y por su elegante forma de defender con su educado juego de piernas.
La revista ‘The Ring’ consideró a Ricardo López como uno de los mejores boxeadores Libra por Libra de la década de los 90. En 1995 se le consideró el número tres del mundo, sólo por detrás de Pernell Whitaker y Roy Jones Jr. En el año 2007 fue inmortalizado en el Salón de la Fama del Boxeo Internacional, gracias a sus 21 defensas del campeonato paja del CMB.
Ricardo López Nava también dejó una gran admiración fuera del país. En Japón, George Morikawa, creador del famoso manga “Hajime no Ippo”, se inspiró en el invicto mexicano para crear al personaje Ricardo Martínez, uno de los boxeadores más fuertes de la serie.